Del porqué me gustan las hojas cuadriculadas

11/12/2014


Desde un principio y me animo a decir que desde siempre fui lo que todos llaman "Sapo de otro pozo", nunca pertenecí a la manada, pensaba y actuaba de una manera muy diferente al resto.
Quizás en este punto mi querido lector/a te sientas identificado y he de aqui que este post viene a reivindicar a nuestro sindicato; porque somos muchos, no sabias?

Nada mejor para este particular tema que explicar de una forma sencilla mi humilde rebelión que un día comenzó con una hoja cuadriculada.

Tan solo era una niña, apenas unos 8 años; como toda criatura de su edad iva al colegio con mis cuadernos  forrados de papeles a lunares color azul, rojo y verde respectivamente. El azul de hojas cuadriculadas para matemáticas, el rojo a rayas para lengua y el verde para ciencias naturales.
El azul era mi favorito no por matemáticas (materia que nunca fue mi fuerte) sinó por su maravilloso cuadriculado.
Había que usarlos así y no de otra manera, alguno vez te lo cuestionaste? pues yo si, odiaba esa dictadura forzosa que me sometía a usar las hojas cuadriculadas tan solo para matemáticas.
Ese hermoso cuadriculado me invitaba a viajar tanto en horizontal como en vertical podia escribir y hacer que las lineas se cruzasen como tráfico en plena ciudad.
Esta particular visión sobre el cuadriculado no era compartida por los demás, quienes veian mi reinterpretación del uso de la hoja como una ofensa al buen uso y las costumbres.

Y entonces me preguntaba:
Porqué usar rayas para escribir y cuadriculado para sumar? Porqué no al revés? o porqué no usar las hojas en blanco para escribir y que las palabras flotaran en la hoja como hilos de azúcar en el viento?
Silencio en el aula.

Te propongo esta reflexión:
De chicos nos preguntábamos el porqué de todo, nos cuestionábamos la razón de absolutamente todas las cosas; estas preguntas con el tiempo mueren y con ellas nuestra capacidad de asombro, una habilidad intuitiva que perdemos de adultos, empezamos por aceptar los "convencionalismos" impuestos por la sociedad y nos hacemos amigos de la rutina, de los formularios y las largas filas en el banco.
"Por eso mi querido lector/a te invito a que no dejes morir a ese niño interno, a que sigas curioseado el mundo como si fuese la primera vez, porque cada amanecer es distinto, sale para ti, para mi y también para tu vecino, aunque a este último le dé lo mismo".

En este momento nuestro viejo amigo Arlequín* hace una mueca como quien diría "vos siempre queriendo cambiar al mundo"; mientas tanto Chispa* salta de alegría porque quienes la conocemos bien sabemos que jamás le gustaron los convencionalismos.


* Vé a la sección Diccionario

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4 comentarios

  1. Hola Natalia.
    Antes que nada bienvenida y solo decirte que me gustó la reflexión que propusiste.
    Mucha suerte y segui tus sueños, creo en definitiva que casi todos los que estamos aqui no nos resignamos todavía.

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    1. Gracias Ricardo! que hermosa bienvenida!, palabras como estas me impulsan a seguir compartiendo historias y sueños.
      Solo los soñadores se atreven a cambiar al mundo.

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  2. Excelente relato, mi estimada Natalia, lleno de anécdotas y reflexiones que me hicieron recordar esa etapa de mi infancia, y vaya que también me pregunté lo del cuaderno cuadriculado. Coincido contigo plenamente en la necesidad de mantener despierto a nuestro niño interno, en lo particular siempre trato de alimentarlo. Una sorpresa agradable toparme con tu blog. Besos!

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  3. Gracias Alonso, leer comentarios como estos me llenan de alegria, y me hacen saber que puedo contribuir con mi granito de arena a los sueños de cada persona que se detiene unos minutos a leer en este humilde rincón de reflexiones.

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Natalia Lorena

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sanguchitos de queso queria el cronopio!